Nuestra Historia

Kintsugi nació como un refugio creativo y con el tiempo se transformó en un proyecto de vida. Inspirada en las experiencias personales de una de sus fundadoras quienes encontraron en la resiliencia y el amor propio la fuerza para volver a levantarse.

La marca celebra la belleza que puede surgir incluso de los momentos más difíciles.

Tomamos nuestro nombre del arte japonés que repara con oro lo que alguna vez se quebró, porque creemos que cada marca cuenta una historia y que, en lo imperfecto, también habita la belleza.

En Kintsugi, cada joya es un recordatorio de que florecer siempre es posible y que las cicatrices no nos definen: nos hacen únicas.

Porque, al final, brillás más fuerte donde alguna vez te rompiste.